“(…)Doreen Massey diría que “el espacio es producto de las relaciones, relaciones que están necesariamente implícitas en las prácticas que deben realizarse, siempre está en proceso de formación, en devenir, nunca acabado, nunca cerrado.” Todo procedimiento es efímero, y en teoría tiene una finalidad, la cual implica un cierre. Pero, ¿qué ocurre cuando nos cedemos a este hecho, si aceptamos que el procedimiento y el espacio —que nunca s’acaben— también son válidos por si solos y también se merecen un espacio en la pared de una galería? Tendríamos, pues, algo parecido a las fotografías de Esther, un proyecto que aborda —sin querer— el conceptualismo y el meta-discurso de una manera sobria y refrescante, dado la superioridad auto-asignada por el arte conceptual que suele ocupar las galerías más destacables.(…)”
“(…)Entonces, esta serie de fotografías y bolsas —que no requieren ninguna justificación por parte de la diseñadora— a un nivel conceptual ya funciona del mismo modo que sus encargos gráficos; ella simplemente intenta encontrar la manera más directa, más clara de explicar un hecho —no un discurso abstracto ni una noción metafísica, sino algo que meramente existe y sucede: su hogar, sus bolsas y su movimiento entre dos lugares.
Gabriel Virgilio Luciani
Comisario, crítico de arte